La fiebre hemorrágica venezolana continúa latente en el país y se extiende geográficamente. El Ministerio para la Salud informó el 15 de abril de 2017 a la Organización Panamericana de la Salud que en 2016 se notificaron 142 casos sospechosos de esta enfermedad, 126 de ellos en el estado Barinas, de los cuales fallecieron 21. Solo 7 casos fueron confirmados. Mientras que en Portuguesa se notificaron 16 pacientes, de los que fallecieron 5. De estos solo 3 casos fueron confirmados.
La información la divulgó la Red Defendamos la Epidemiología y explica que la transmisión de esta fiebre, que apareció por primera vez en 1989 y suma cinco brotes epidémicos, se genera a través del contacto directo, o vía tracto respiratorio, con los excrementos del ratón de caña. Los síntomas son fiebre alta, dolor muscular y de garganta, anorexia, diarrea, vómito y tos. Al séptimo u octavo día aparecen complicaciones hematológicas, seguida de falla de múltiples órganos y ocasionalmente convulsiones.
El brote del año pasado es el segundo más severo en incidencia de casos, luego del ocurrido en el año 2002 y se anticipa que en 2017 será otra vez epidémico.
Las zonas más afectadas por el padecimiento, que es exclusivo de Venezuela, hasta ahora, estaban al sur del estado Portuguesa, en los municipios Guanarito, Papelón y San Genaro. Y en Barinas, solo al este del municipio Sosa y al oeste de Guárico. Desde 2015 se extendió a otros municipios de Barinas y por primera vez tiene una mayor incidencia en esta entidad que en el estado Portuguesa.
Para esta fiebre no hay vacunas ni tratamiento, solo se pueden aplicar medidas de soporte vital para mantener al paciente.
Fuente: El Nacional